Una reforma mínima para revalorizar un piso
Nuestras ciudades están plagadas de pisos y pisos con muchos años a sus espaldas que, usados o no, suelen necesitar una renovación. A veces incluso nos encontramos con la situación de que ya tenemos ese piso en propiedad y debemos decidir si venderlo o alquilarlo.
En este caso nuestros clientes optaron por esta segunda opción, reformar su piso de toda la vida que ya no iban a utilizar más para poder alquilarlo a buen precio, o incluso venderlo.
Por ello optamos por hacer una reforma mínima, sin apenas tirar tabiques, pero renovando toda la pintura, suelos, alicatados, ventanas, iluminación, baños y cocina.
El resultado es un piso que luce como nuevo, y que con relativamente poca inversión ha revalorizado su valor por muchos años. Tantos como su nuevo dueño, que llegó apenas un mes después de anunciarlo, le dé.